jueves, 27 de agosto de 2009

y el sueño fue así:


Me encontré mirando el despunte del alba desde uno de los infinitos techos negros de Génova. El cielo estaba dividido en dos mitades; una negra muy pegada a las edificaciones centenarias, las mismas que vieron nacer a mi familia y la otra mitad estaba muy blanca rodeando a la ciudad con una luminosidad un poco azulada como luz de neón. Definitivamente era el amanecer.

Me quedé mirando el paisaje por un tiempo. Se dibujaban como recortadas las aristas curvadas de los techos, algunas tejas negras corridas y englobadas por los años aparecían exquisitamente delineadas. Habían también unas rudimentarias antenas de televisión que me recordaron lo que yo veía desde mi techo en Londres y eso me hizo dudar por un momento.

Yo me encontraba sobre el techo de una de las casas más altas y estrechas de toda Génova. Las edificaciones tan altas y curvadas, que no dejan que el sol llegue a las veredas, y en este caso todo lo que yo podía ver hacia abajo era oscuridad.

Yo buscaba a alguien o esperaba a alguien. Lo único que sabía era que ahí y a esa hora me encontrarían...

... y en eso, y con un grito agudo arriba una bruja. Un malvada strega en su escoba de paja desmechada. Volando me rodea e intenta desplegar toda su maldad. Mientras eso sucedía yo seguía parada, mirándola y no entendiendo que diablos tenía que hacer ahí. ¿Acaso no se da cuenta que las brujas ya no me asustan? y mientras ella más gritaba y agitaba su capa, yo más la miraba pensando en el ridículo que la pobre estaba haciendo. Hasta que finalmente aterrizó.

- "Y bueno"- le digo yo con un poco de lástima - " ¿eso era todo?, ¿era necesaria la entrada tan estruendosa?"-

Y ella, sin darse cuenta que ya no estábamos en el medioevo, siguió con su rutina.

Como acto de magia, ella abre su capa y me encuentro con 5 peceras de peces goldfish, los mismos que tengo en la fuente de mi casa. Inmediatamente supe que eso no era bueno.


La bruja me dice que los matará a todos, los matará y más encima los hará sufrir un buen rato antes de morir, y que hará eso simplemente por el placer que le iba a causar mi infelicidad y mi angustia.


Era cierto, en ese momento yo estaba sufriendo mucho. Sentía un nudo tremendo en mi estómago y las ganas de llorar me las estaba aguantando para ver si podía negociar. Yo sabía que si le decía "No, por favor no lo hagas" ella con más ahínco iba a destrozar a esos pobres peces... ¡¿Cómo detenerla?! ¡¿Cómo salvar a esos pececitos?!


Y en eso empieza su festín! Agarró al primer pez y lo estranguló en sus manos. El pez se licuó con el aspecto de un huevo recién roto. El pez cayó a la pecera convertido en yema rota y clara. Estaba muerto.

El segundo pez sufrió el mismo destino y yo simplemente miraba sin poder ayudarlo, por alguna extraña razón mi cuerpo no podía moverse.


Cuando destrozaba al tercer pez, logré subirme sobre ella y agarrarle el huesudo y descomunalmente fuerte brazo para que lo soltara, pero no lo hizo, lo trituró con una mueca a modo de sonrisa mientras me arrojaba hacia el borde del techo. Creí que iba a caer... y sentí mucho vértigo...


Luego, ella negocia conmigo y dice " El siguiente pez morirá de todas formas. Te doy la opción que tu lo mates como quieras, que yo se que tratarás de hacerlo para que el sufra lo menos posible, o me lo dejas a mi y me aseguraré que sufra como nunca"...


No lo podía creer. Durante todo este intervalo me sentía como espectadora de una muy mala película, pudiendo cambiar el canal cuando la cosa se pusiera más fea, ¿por qué no lo hice a tiempo?!, ... bueno ya no podía, ahora yo era protagonista.


Así que decidí yo misma matar al pobre pez. El universo sabía que yo me estaba sacrificando por el. Siento tal amor por los peces como no tienen idea! A esa altura las lágrimas me corrían por la cara y nada podía hacer para salvar al pez y salvarme a mí de esa situación.


Así que lo hice. Tomé al pez en mis manos y lo miré. El me miró de vuelta entendiendo la situación. Luego, el pez se agitó: flip-flap y se transformó en un perfecto huevo blanco. Yo apreté los dientes y lo apreté a el, es decir, al huevo-pez, y este se liquidificó como los anteriores cayendo a la pecera. Estaba hecho. El pez estaba muerto y yo me sentí más segura.


Miré a la bruja y la insulté. La insulté en otro idioma con las palabras y las maldiciones más fuertes que un idioma pueda tener. No se cuanto rato habré estado insultándola ni que le dije, pero se que nunca he maldecido tanto ni a ese nivel.


Sabiendo que ya no podía perder nada más y que ya había recuperado toda mi confianza y me sentía "como yo" nuevamente, agarro un vaso de vidrio muy grueso con agua fría y cristalina y me dirijo a la pecera Nº 1. Vierto el agua a la pecera que contenía la sustancia naranja de pez y al instante esta mezcla se empieza a reestructurar transformándose en pez. El pez estaba vivo nuevamente! Con más fuerza y seguridad voy a la pecera Nº 2 y repito el proceso: PEZ VIVO! ALEGRÍA era lo que sentía, y ahora lloraba, pero de felicidad.


Hice vivir a todos los peces y los puse a salvo. En realidad yo sabía que ya nada más nos podía pasar. Yo era más fuerte que la bruja y era imposible que nos volvieran a dañar. Eso no volvería a pasar.


Luego vi a la bruja tan desvalida, tan poca cosa, tan insignificante con su miserable vida y no pude no sentir algo de compasión por ella.


-"BRUJA MALA!" - le dije. -" Nada de esto era necesario".


El amanecer se transforma en atardecer. La vista pegada a los edificios sigue negra, pero el cielo se tornó rosa, naranja, lila y amarillo. Estaba precioso. Junto a los peces me siento a contemplar el paisaje. Estábamos todos en paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está muy bueno tu sueño Cote. Que entretenido poder soñar así y con todas esas emociones.