lunes, 27 de abril de 2009

Generalmente,

olvido las lecciones aprendidas.

domingo, 26 de abril de 2009

Necesito de un aeropuerto

y no, no estoy arrancando de nada.

jueves, 23 de abril de 2009

Glue II

Todo se ve estable, siempre. En apariencia todo se ve estable y calladito, hasta bonito. Y todo eso lo he pegado y reparado una y otra vez. Como mi cuerpo, a veces se han quebrado partes de el y me las he tenido que pegar. Y otras partes de mi cuerpo se han quemado y también se han reparado, hasta he tenido accidentes con cosas filosas y todo se vuelve a pegar.

Y eso es sólo el cuerpo.

Ideas se me han roto. Cuando eso sucede, no siempre encuentro todos los pedazos, y al intentar articularlas nuevamente se ven cojas, no quedan del todo bien, y algunas veces resultan historias de ellas… buenas historias.

Y he perdido y roto amistades, y aún no encuentro como volver a unir esos lazos perdidos. Y hay veces que me hacen falta. Se podrían volver a pegar a mí, como el lápiz- Frankenstein de mi hermano…

Pero se ven las uniones, quedan marcas y si me acerco a ellas, mientras más cerca de ellas estoy más grandes se ven, y podría luego saltar de un extremo a otro; el vacío que separa la unión, pero que el pegamento junta.

Un día mi abuelo me enseñó a medir la profundidad de un espejo. -Nunca se me había ocurrido pensar que los espejos tenían profundidad -. Cual es la distancia que me separa de mi reflejo. Me enseñó con el espejo del comedor de mi casa, y todavía me veo trepada en una de las sillas descubriendo que hay una grieta entre yo y yo, y por más que apretaba mi dedo sobre el vidrio, quedaba ese espacio suspendido en algún lugar y no lo podía engañar, aunque pusiera toda mi mano, mi brazo, aunque pegara mi cara al cristal y la punta de mi nariz se apretara sin poder respirar… aún así quedaba el espacio…

¿Entiendes? Pueden ser metáforas, talvez lo sean, pero han sido todas experiencias imposibles de olvidar que se han quedado conmigo. De seguro otros se cuestionan cosas similares y en vez de llamarles “el pegamento” como lo hago yo, le dirán de otras formas, y se hacen estrellas de rock, o escritores, o se hacen artistas o matemáticos para poder lidiar mejor ello. O simplemente se cuestionan “como puedo calzar bien (o mejor) en todo esto”.

lunes, 20 de abril de 2009

Glue

Barbara, mi amiga romana, estuvo leyendo cosas mías en internet. Me preguntó el sábado por la noche a que me refería con "encontrar el pegamento" de las cosas.


Le dije que llevo mucho tiempo buscando el pegamento que pega las cosas. En un principio, de niña, cuando me regalaban juguetes de plástico para que me entretuviera con ellos, claro que me entretenía y mucho! me pasaba horas de horas mirándolos y entendiendo como habían sido hechos. Me parecían tan perfectos, tan brillantes, tan redondos y yo me imaginaba si tuviera que hacerlos para poder jugar con ellos, como lo haría... un día, se me rompió un accesorio de uno de mis muñequitos y traté de pegarlo. Hice lo siguiente: agarré una vela de la despensa y la prendí. Derretí un extremo y luego derretí el otro extremo del accesorio y los junté. Por un momento quedó pegado, pero al cabo de un rato cayó una de las dos partes sin gracia al suelo. Y estaba negro. Y chamuscado entero, y ya no tenía el color turquesa tan bonito.... Y yo me quedé pensando y traté de entender que había salido mal.


Días antes, había visto a mi hermano derretir dos lápices de plástico. Me gustó mucho como la parte transparente iba cambiando de forma y evaporándose a medida que se consumía, y luego como le fue tan fácil juntar los dos extremos para así tener dos lápices en uno, una punta en cada extremo, siendo este suceso mi precedente para entender como unir dos partes.

Claro está, cuando yo intenté reparar mi juguete, a mi no me resultó. (Luego, muchos años después, entré al fascinante mundo de los polímeros y entendí que hay muchas clases de plásticos y no todos responden de la misma forma como el lápiz - Frankestein que hizo mi hermano.)

Bueno, luego crecí, y esta obsesión creció conmigo: Cómo unir dos partes.

De niña lo supe: para saber como unir dos partes, primero tengo que saber de que está hecho, como está hecho, y luego tratar de encontrar el pegamento justo a su medida.

Ahora, ya se como unir bastantes materiales, y a veces pienso, cuando intento responderle a alguien que me pregunta "que cómo llegué a la escultura?", - creo que llegué a la escultura porque quería unir dos trozos de algo...- Pero eso ya no es todo, ya se unir algunos materiales, ahora quiero saber más de pegamentos.

¿Cómo saben los pegamentos que es lo que tienen que pegar?

¿Cómo un remedio sabe en que parte de mi cuerpo está el dolor?

¿Cuál es el pegamento que hace que las personas se conozcan? ¿ Cuál es el pegamento que hace que se conecten?... qué hace que los mecanismos se organicen tan bien? ¿Como mi cuerpo sabe cuando me alimento que cosas tiene que sacar de esa comida y como sabe que tiene que transformalos para que eso me reporte energía, como se convierte la comida en vitaminas, que haga crecer mi pelo, que se transformé en mi, en yo, etc.?

En este punto, Barbara me dice: "Entonces tienes que escuchar esta canción".- canción y grupo que yo no conocía, obvio -... y la voz de la niña empieza a cantar y el piano la acompaña. Y ella dice " Yo estoy pegada a ti, porque estoy hecha de pegamento, todo lo que tu podrías hacer, yo lo haré también..."

Y eso me alegra tanto!! y sí, yo estoy pegada a muchas cosas, a muchas personas, con algunas ya no tanto y la desunión duele un poco, a veces también siento que estoy pegada a mí, otras no tanto, a veces siento que entiendo... otras ni hablar... y así, los pegamentos no son muy estables y las conecciones que se logran a veces duran, otras no, y yo quiero saber a que corresponde eso y donde encontrar el pegamento universal, o lo que es mejor aún, como puedo inventarlo.

" I'm sticking with you, PAM PA!, because I'm made out of glue, PAM PA!, anything that you might do, PAM PA, I'm gonna do too!"

sábado, 18 de abril de 2009

La cosa es la siguiente,

Puedo tratar y tratar hasta que ya me canse.
Puedo mandar todo al carajo.
Puedo, o podría comerme una hamburguesa.
Podría arreglar mi bici, pero en estos momentos, esa tuerca, reponer esa sola pieza, sacaría más energías de mí, que la felicidad que ese paseo en bicicleta podría retribuirme.
Podría decirle, o volverle a decir (pero esta vez en un tono más autoritario), que ya sabemos que yo no soy como quiere que sea, y que se deje de cuestionarme, yo soy yo. Y no es más complicado que eso, pero prefiero mantenerme alejada de todo eso. Aún estoy bien con eso.
Puedo seguir sonriendo.
Podría emborracharme esta noche para así espantar el insomnio. Emborracharme hasta quedarme dormida. Solución un tanto medieval, pero solución al fin y al cabo.
Podría cobrarme venganza, pero en realidad ya ni siquiera lo veo como una historia que me ocurrió a mi, es más, es la historia de otra niña que yo conocí, que ya me es muy ajena... Y el ya tiene mucho con su miserable vida. Pegarle a una niña es mucha culpa, ya, ¿no?
Puedo mudarme a otra ciudad nuevamente y probar en el mercado comidas exóticas.
Puedo seguir diseñando. Y eso hago.

Y podría dejar de ser yo también, pero así, nada de esto tendría sentido.

lunes, 13 de abril de 2009

Manual de instrucciones

Para poder llevarse bien con su gato con cola, lo primero es lo primero: conocerce.




Y como todos sabemos, los gatos con cola son un tanto traviesos y es por esto que desde el primer día, usted tiene que marcar los límites... nada muy severo, pero lo suficiente para que lo respeten...



Y así poder compartir una gran velada...