sábado, 21 de marzo de 2009

¿no se trata de eso?

Y yo soy la mujer más dulce que el haya conocido.
Y yo soy la mujer más buena que ha existido para él.
Y yo soy la más linda.
Y la más tierna… ¿ya dije eso?
Y el me dice que yo estoy en lo correcto y que me da toda la razón, y es más, me apoya, para que yo esté con un buen chico, uno dulce, gentil, porque el sabe que él es un salvaje, y yo pienso “bueno, realmente es un salvaje, pero uno dulce, un dulce salvaje” con una linda piel de un lindo color, del color de mi fruta preferida (luego de ver su piel llegué a esa conclusión) y con una linda voz, pero un salvaje en el fondo…pero bien en el fondo.
Y hasta ahora nuestras vidas siguen en paralelo, pero yo ya formé parte de la suya, para siempre, lo sé, y el desde siempre ha estado en la mía, y así nos la pasamos, y somos buenos amigos y nos reímos bastante y nos elogiamos y nos complementamos y soñamos… y acaso ¿no se trata de eso?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Viaje en el tiempo

Anoche leía un libro de letras. Literalmente es un libro que habla de palabras, de sustantivos, de órdenes lógicos alfabéticos, de frases mal habidas y de los desastres que produciría en nuestro ecosistema la sola pérdida de una letra, en este caso la letra "r". Si faltara la letra "r", todo empezaría a colapsar, el agua ya no saldría fresca del grifo porque ahora solamente sería "fesca" y el grifo sería un "gifo" y por esto ya no funciona como debería, así como los párpados que sin la "r" están más rígidos como los "pápados" de los reptiles y ni hablar de las orejas que ahora tienen menos pliegues y está como la frente o "fente" un poco más hundida.

En fin, estaba yo metida en este caos gramatical, en esa misma realidad que ahora y antes fue "ealidad" cuando me puse a dormir.

Creía yo que dormía o dormitaba, pero en realidad yo estaba tan solo "domitando" porque yo también estaba experimentando cambios en la realidad de mi sueño. Con la luz apagada, mis ojos cerrados y ensoñándome a punto a punto de quedarme dormida, en ese estado donde lo vivido del día se empieza a confundir con su reflejo del lado de los sueños, fue que siento, allá en la realidad, las campanitas de mi celular recibiendo un mensaje de texto.

Que extraño - Pensé yo - Carlos no puede estar mandándome un mensaje de texto porque estoy acá con el tomando café en su departamento. - y pensado esto, me invade un miedo espeluznante : " A mi también me agarró el orden alfabético, pero al parecer se me perdió el orden del tiempo antes que el de las palabras!"

Mi cuerpo estaba quieto, mis manos juntas en mi pecho, ahí, acostada en mi cama, pero yo seguía tomando café con leche y encontrando extrañas relaciones entre lo amargo de mi café y lo gris y lluvioso que se veía todo Santiago desde la ventana del departamento de Carlos. Carlos seguía leyendo el diario mientras Rodrigo escribía un correo en el computador dándole la espalda al ventanal.

Luego, otro mensaje de texto y ahí pude salir de esta especie de sueño o deja vú en el que me había metido. Pero seguía muy confundida, tenía dos mensajes y dudé si eran para mí. Estaba completamente perdida, no sabía que hora era, si ya era hoy, o era ayer o incluso si era antes de ayer a las 4 de la mañana, y si me hubieran dicho que era pasado mañana lo habría comprendido sin cuestionar.

De niña me pasaba bien a menudo que despertaba en mi cama, pero creía que la habitación había cambiado, que era otra por completo, no entendía donde estaban las puertas, la ubicación de las luces, incluso perdía la pared que suele acompañar un lado de la cama, todo se confundía mientras yo veía que todo se movía y recuerdo que disfrutaba tanto esos instantes pensando que le había ganado a la realidad, que volví antes de mis sueños y que no le di tiempo de re acomodarse como "tenía que ser", porque la realidad de mi pieza iba a descanzar en el momento en que yo dormía.

Fascinándome de este desorden temporal, al cabo prendí la luz.

Los mensajes habían sido enviados muy temprano, a eso de las 11:30 de la noche y eso me hizo dudar aún más: Estaba yo durmiendo a esa hora? con pijama y todo en mi cama? No puede ser! Realmente seguía soñando o en el otro lado de la realidad... ahí mismo, en la "ealidad".

Bueno, ahora que supongo que estoy en el lado donde hay erres, lo puedo explicar así: llegué del dentista a cenar con mi familia, en vez de irme al taller como todas las noches, decidí darme una noche para mí: jarra de te de frambuesa, pijama de algodón, cama y libro, creo que todo antes de la 9:30 de la noche...en fin un viaje en el tiempo, durmiendo vivo tanto como vivo de día.

Sólo un párrafo para que se deleiten

...Allí las cosas continuaban como las había dejado, pues aunque no era la hora del recreo, estábamos todos en el patio del colegio, desde donde veíamos salir por las ventanas toda clase de libros ordenados por materias. Al parecer los profesores habían intentado frenar la huida cerrando las ventanas, pero los volúmenes habían roto los cristales con los lomos. Los de matemáticas abandonaron el colegio en una formación perfecta, como una bandada de patos silvestres, mientras que los de lengua se atropellaron un poco a la salida y algunos perdieron varias hojas que cayeron, como plumas, sobre nuestras cabezas. Nosotros corríamos a atraparlas y las destrozábamos para que no quedara ningún vestigio de aquellos odiados objetos. Cada vez que escapaba una materia, aplaudíamos como locos mirando hacia arriba sin dejar de reir. Una parte de mi sabía que aquella celebración tenía algo de salvaje, pero la otra no podía dejar de disfrutar con el espectáculo. Los profesores hablaban entre sí con gesto preocupado, aunque era evidente que se trataba de una preocupación divertida. Entonces me di cuenta de que también los adultos tenían dos lados...

El Orden Alfabético, de Juan José Millas