miércoles, 4 de marzo de 2009

Sólo un párrafo para que se deleiten

...Allí las cosas continuaban como las había dejado, pues aunque no era la hora del recreo, estábamos todos en el patio del colegio, desde donde veíamos salir por las ventanas toda clase de libros ordenados por materias. Al parecer los profesores habían intentado frenar la huida cerrando las ventanas, pero los volúmenes habían roto los cristales con los lomos. Los de matemáticas abandonaron el colegio en una formación perfecta, como una bandada de patos silvestres, mientras que los de lengua se atropellaron un poco a la salida y algunos perdieron varias hojas que cayeron, como plumas, sobre nuestras cabezas. Nosotros corríamos a atraparlas y las destrozábamos para que no quedara ningún vestigio de aquellos odiados objetos. Cada vez que escapaba una materia, aplaudíamos como locos mirando hacia arriba sin dejar de reir. Una parte de mi sabía que aquella celebración tenía algo de salvaje, pero la otra no podía dejar de disfrutar con el espectáculo. Los profesores hablaban entre sí con gesto preocupado, aunque era evidente que se trataba de una preocupación divertida. Entonces me di cuenta de que también los adultos tenían dos lados...

El Orden Alfabético, de Juan José Millas

No hay comentarios: