viernes, 27 de febrero de 2009

El Orden Alfabético .- Pequeña "musicalización" a partir del libro del mismo nombre de Juan José Millas.-

Expresa Baudrillard en una de sus líneas que la metáfora dejó de existir porque la cajonera se nos desordenó.

Entonces lo que está pasando por estos tiempos es la reubicación de cada cosa en su lugar.

Si la palabra cajón desapareciera de mi alfabeto, los lápices, los papeles importantes y chucherías varias andarían dando vuelta por la casa sin un lugar fijo… ampliando la palabra me da terror pensar que luego las cajoneras, armarios y hasta los closets (que se adaptan a esta definición) perderían su función. Talvez se empezarían a volver blandos, saldrían caminando cuan anchos son por la puerta de mi living y dejarían tiradas las toallas, los chalecos, los abrigos, la vajilla y los cubiertos.

Si tan solo faltara una letra no mas, como la j, igualmente ya no tengo cajones y hasta mi nombre empezaría a temblar.

Baudrillard habla del después de la orgía. Del después de la muerte del rey; período casi cuarentenario para ser el otro, para hacer lo que no se haría estando bajo las reglas habituales. Cuarenta días para matar, violar, pervertirse y ser del carnaval, donde el pobre se disfraza de rico, el cura se saca los hábitos y todos son lo que desean ser o mas bien lo que no son.

La liberación lo confunde todo. Se habla del virus que siempre va mutando y creciendo o de la complejidad infinita de un fractal.

Nada es lo que es porque ya todo perdió su función. La globalidad llegó a los objetos. Eso es lo que ha pasado todo el SXX; la reutilización de un objeto para que su significado o utilidad se convierta en otra cosa para resignificar a lo mismo.

Muchos le echan la culpa a la fotografía, que el arte se tuvo que inventar una excusa para poder seguir, que se tuvieron que empezar a ilustrar las teorías de los artistas y que el impresionismo es la ilustración a un fenómeno lumínico. Eso pudo ser el punto de inflexión donde se nos perdió la j.

La Internet , los satélites y los teléfonos celulares claro que apuran el proceso. Cada vez los cajones son más blandos y resisten menos.

Por otro lado, está Juan Downey filmando y mostrando al mundo a los yanomames, que nos parece tan irreal o talvez tan real y natural que ya el asombro no es mucha cosa. Ya todo puede ser todo, la época de la promiscuidad objetual y conceptual (como en la década de los ochenta, cuando los canales de televisión se cruzaban y los picapiedras se juntaban con los supersónicos).

Y el Arte, como todo lo demás, se salió de sus límites. Ahora el Arte es político, es un atentado, es social es involucrar carabineros y salir en el cuerpo C del Mercurio y es ayudarse de unos dientes para lograr su objetivo.

Cote Santana

* * *

Ahora, a mis queridos todos, si alguién recuerda a quién le presté este libro, ¿sería tan amable de devolvérmelo?

No suelo pedir libros de vuelta, pero este, de veras deveritas que lo necesito, ya van como 6 años sin leerlo! Por otro lado, si alguién me lo quiere regalar, BIENVENIDO SEA! Se llama "El Orden Alfabético" y es de la editorial Alfaguarra, 1998 (pero no lo he encontrado en librerías...)

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