sábado, 6 de febrero de 2010

tarde de sábado

que en realidad podría ser cualquier tarde, cualquier día.

Estoy en el campo y todo está silencioso y lento. No hace calor, no hace frío, no hay prisa y tampoco hay tiempo... parece una tarde sacada de mi infancia.

Absolutamente inmersa en mí y ajena a cualquier estímulo externo, el sol cambió bruscamente y me dio en la cara, cegándome unos segundos...- se oscureció acá dentro y lo asumí : Me voy a Italia. Mi vida cambia, una vez más.-